Telecinco lidera en lo que va de mes el ranking de audiencias de televisiones en España. Esto pone de manifiesto el liderazgo indiscutible de su presentador estrella, Jorge Javier Vázquez y la audiencia de sus `sálvame`.
Al margen de consideraciones morales, o profesionalmente éticas, hay que darle al César lo que es del César y reconocer que Vázquez maneja sus legiones mejor que el propio Publio Cornelio Escipion.
El maridaje que une a sus menús, lejos de resultar empalagoso, `engancha´ al telespectador que ve destripada una a una las piezas que se han puesto oportunamente en el disparadero.
Una vez atacada la presa, los buitres, es decir, los distintos programas de la cadena (Enemigos Intimos, La Noria, Vuelveme Loca, I love TV...) se posicionan junto a la misma para despedazarla íntegramente, lo cual supone una gran logro para la cadena que financia cuatro o cinco programas de un sólo invitado, o de éste y sus parásitos.
La verdad es que el análisis del éxito de Sálvame es francamente interesante y muy rentable tanto para la productora como para el propio presentador y sus afines.
TV y PROSTITUCION `DE LUXE"
Ayer o antié (como dicen por acá), comentó Jorge, y perdónenme la confianza, pero es que lo veo más que a mi marido, que había pensado en retirarse pronto porque a él, que se definió como `muy tímido´ lo de la fama como que no le iba. Me quedé sorprendida. No creo que la cadena le deje y demás, pensé, es un dinero como el de las prostitutas, y perdónenme la expresión. Ahora les explico.
Cuando escribía reportajes, y en más de una ocasión traté la prostitución de lujo, se me quedó grabada una expresión que todas comentaban junto al interés que tenían por dejar la profesión: "Es un dinero difícil de ganar pero RAPIDO".
Y es verdad. En pocas profesiones se gana tanto y tan rápido como en la televisión y en la prostitución de lujo. También en ambas situaciones se trata de un dinero difícil, pues ponerte en el disparadero no supone sólo lo cinco minutos de gloria que sales en pantalla, sino las 23 horas restantes que comentan sobre tí.
Cuando vendes tu imagen, dejas de ser un personaje anónimo y te pones en el punto de mira de cualquier comentario, generalmente ingrato, que sobre tí, tu persona o tu entorno se haga, y eso ya es de sobra conocido.
Ahora bien, si sabiéndolo vendes tu imagen, ya sabes que no eres solo propiedad de quien te paga sino del panadero del barrio, del banquero de abajo o del kiosko de la esquina de la casa de tu madre.
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