Estoy en la capilla. En mi pequeña capilla.
Rezo, intento hablarle, pero no me salen las palabras.
Le miro, aquí, allí...
Intento escuchar, hacerme eco de sus palabras. ¡¡¡Cuánta responsabilidad!!! Eco del verbo divino de Dios, de su palabra hecha carne.
Intento escuchar, hacerme eco de sus palabras. ¡¡¡Cuánta responsabilidad!!! Eco del verbo divino de Dios, de su palabra hecha carne.
Hace apenas un mes, sólo Jesús, un niño recién nacido, en una humilde canastilla de mimbre. Ahora, unas semanas después, de nuevo clavadito en su cruz.
Voy en el coche y me viene a la memoria el Jesús de Nazareth de mi adolescencia, el pescador de hombres, la imagen que una y otra vez veía en el cole con mis amigas cuando ensayábamos con la guitarra las canciones de la misa.
Voy en el coche y me viene a la memoria el Jesús de Nazareth de mi adolescencia, el pescador de hombres, la imagen que una y otra vez veía en el cole con mis amigas cuando ensayábamos con la guitarra las canciones de la misa.
Llego a casa. En el salón, un Sagrado Corazón entronizado de mi abuela, cuida a mi familia, ahora, y confío en que siempre.
En la soledad de mi dormitorio, por fin, el silencio, la paz y mi Cristo Crucificado.
Cierro los ojos y pienso: Muchas imágenes y un solo Dios ¿Quien me habla?¿Quien me llama?¿Quien pasa?
Es CRISTO quien habla, es CRISTO quien llama, es CRISTO QUIEN PASA.
Un día y
otro y otro... Se que quiere algo, pero no alcanzo a escuchar sus
palabras. Quizás no esté aún preparada o si, pero no lo se. Le miro, le escucho y esta vez sí le oigo. Solo quiere que hable como sé, escribiendo. Y así haré a partir de hoy, o por lo menos lo intentaré. Esta es mi oración con El y por El.
De pequeña aprendes el catecismo, de pe a pa, de memoria sin comprender siquiera las palabras que estudias pero asimilando conforme a nuestra escasa, casi nula madurez, que hay Alguien ahí que te cuida como un Padre, te quiere y escucha.
Es el primer paso, el abono de la tierra que más pronto que tarde da su frutos.
Es el primer paso, el abono de la tierra que más pronto que tarde da su frutos.
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