lunes, 5 de marzo de 2012

Madre María de Jesús Velarde, ejemplo de santidad en nuestros días

AMADO SEA EN TODAS PARTES EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




En mi limitada imaginación, me costaba infinito comprender cómo un ser humano podía ser santo. ¡Caray! ¡Qué palabra tan sencilla y compleja a la vez!

En el diccionario de la RAE (Real Academia de la legua Española), el primer significado que aparece es: "Perfecto y libre de toda culpa". 
No seré yo, desde luego, quien juzgue la vida y obra de la madre María de Jesús, pues sólo a EL compete tan ardua labor.

El tercer aspecto que refleja ese término es "Dicho de una persona de especial virtud y ejemplo". Ahí si me gustaría centrarme de lleno en ella.
La vida y obra de la Madre María de Jesús Velarde, se puede leer en http://www.hijasdesantamariadelcorazondejesus.org/Madre.htm , en ella, se contempla un fértil camino lleno de frutos repartidos por Roma, España, Perú, Centroamérica, Chile, México y próximamente EEUU.



Si no es una virtud el saber hoy día llegar a las almas que vagan desconcertadas por este mundo vacío de valores y lleno de tentaciones, digánmelo. Pero no sólo llegar, porque llegar, llegar...seguro que llegan muchas.... es mantenerlas!!!!!








Dios elige el terreno, la Madre con su infatigable labor siembra y espera, y cuando llega la cosecha, se limita a recogerla y vaya éxito, por cierto. Pocas congregaciones hoy día tienen un número tan elevado de postulantes y novicias.

¡¡¡Enhorabuena Madre es una usted una trabajadora insaciable!!! Dios la tenga siempre en su gloria, porque es cierto que usted no para de sembrar y recoger cosecha, pero no menos, que ha sido bendecida por el Señor para ello. Tiene una gracia, una virtud especial que sirve de ejemplo a todas las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús.

Con usted como modelo, ahora creo que es posible alcanzar la santidad y aunque jamás he cruzado palabra alguna con su persona (aunque sí he estado en su presencia en alguna ocasión) se del amor y admiración que genera en todas y cada una de las hermanas y eso, créame, es bien difícil.



Como hija, le aseguro que aunque siempre quise a mi madre, jamás la valoré tantísimo como el día en que Dios la llamó a su presencia. Es Ley natural en el común de los mortales, no valorar las cosas hasta que prescindes de ellas.

Sin embargo, y esa es otra de las razones por las que considero que tiene una especial virtud, a usted sus hijas, las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, la valoran desde antes incluso de ingresar en el noviciado. Es, junto al Señor y la Santísima Virgen María,  su pilar, su referencia, su modelo.



Es usted, la huella que guía el sendero de todas estas hermanas que trato a diario y que con el trabajo que desempeñan y la entrega desinteresada en la formación de centenares de alumnos, forman a personas en valores que, gracias a usted, se perpetuarán en este mundo que nos ha tocado vivir, casi a contracorriente.



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